San José de las Montañas, el pueblo fantasma de Quintana Roo

Verdadero pueblo fantasma en Quintana Roo

San José de las Montañas

Por Omar Capistrán

Zona Maya de Quintana Roo, Mpio José María Morelos.- Sitio lleno de fabulas fantásticas, leyendas y mitos, quizá se trate del único y verdadero pueblo fantasma que existe en Quintana Roo.

Se dice que, en lo que fueron sus calles y corredores se aparece la Xtabay, aluxes y gnomos que guardan con sigilo vasijas llenas de oro.

Se trata de San José de las Montañas, un sitio ubicado a 14 kilómetros de la cabecera municipal de José María Morelos tomando el rumbo hacia el poblado llamado San Antonio.

Todo José María Morelos conoce sobre el sitio, leyendas van de boca en boca en torno al lugar por lo que una visita se hace obligatoria. Incluso, se dice que un hombre, el famoso “siete poderes” descubrió una gruta y logró sacar vasijas repletas de monedas de oro. Cuenta el vox populi que al ir por ayuda y regresar con algunos amigos estas ya no estaban. Algunos aseguran que después de este episodio “siete poderes” ya nunca fue el mismo.

Viajando
Para llegar al sitio lo primero que se necesita es alguien que nos indique como llegar a él. Se corre con suerte pues a unos metros de donde pasamos la noche, en una humilde morada vive Zacarias Benítez Acosta, quien fuera habitante del lugar y uno de los últimos en abandonar el pueblo.

Mayahablante, con mucha humildad, nuestro guía de 85 años accede a llevarnos al sitio. 
Una vez tomado el camino, este cambia radicalmente, se torna árido, desértico, como si se tratará de otro lugar y no la zona maya de Quintana Roo.

Mientras viajamos, Zacarías comienza con el fantástico relato de cómo una expedición de tres hombres llego desde Peto, en Yucatán hasta este poblado en José María Morelos.

El 28 de septiembre de 1955 el huracán Janet impacto de lleno al sur de Quintana Roo y por ende, parte de la frontera del Estado con Yucatán.

A la mañana siguiente, un grupo de personas, haciendo el papel de expedicionarios, salieron de un pueblo llamado Xculnei perteneciente a Peto, Yucatán hacia tierras quintanarroenses con el fin de encontrar una nueva tierra donde establecerse, toda vez que su lugar de origen quedo bajo el agua y completamente destruido.

Se trató personas que a caballo y después de dos días de camino encontraron un pozo de agua limpia en su trayecto. Tomando en cuenta la destrucción de donde provenían, el lugar representaba un oasis.

Eulalio Acosta Sánchez y el papá de nuestro guía, Aldo Benítez junto con Trinfonato Puc se abrieron camino entre el monte y el agua hasta dar con un pozo de agua cuya construcción se atribuyó a “los antiguos”.
Después de limpiar el pozo, comenzaron a dar forma al monte, la gente de Xculnei al enterarse de que había agua limpia comenzó a viajar al lugar.

En total llegaron 120 personas, las bondades de la tierra se prestaron al cultivo y a la cría de caballos, San José de las Montañas comenzó a prosperar a grado tal que contó incluso con canchas, escuela y tienda.

El pueblo
Después de 20 kilómetros a través de una estrecha carretera, debajo de un cerro se puede apreciar lo que alguna vez fue el poblado, hoy consumido por la maleza.

Aun se aprecia el piso de cemento lo que fue una cancha de basquetbol. Un par de juegos también de cemento permanecen en lo que alguna vez fue el parque, dando una visión un tanto tétrica del sitio.
Aun permanece una pequeña brecha por donde adentrarse a lo que fue el centro del poblado. El ruido del viento y los animales justifica porque es rico en leyendas.

Después de avanzar unos metros se encuentra lo que alguna vez fue la primaria, a un costado, lo que queda de los baños. Es imposible no pensar cómo será este sitio por la noche.

Al seguir la brecha repentinamente aparece una morada elaborada con madera y palma. Nos disponemos a entrar cuando se escuchan unas palabras en maya que provienen del interior.

De forma repentina, un sexagenario sale de la vivienda y hace algunas preguntas en maya a Zacarias, nuestro guía. Se trata de Margarito Acosta Dzul de 70 años,  la única persona que radica en San José de las Montañas desde hace más de 50 años.

Se dice que permanece en el sitio cuidando aquel oro que “siete poderes” estuvo a punto de llevarse pero que al final lo trastorno. No habla español pero de acuerdo a la traducción que realiza Zacarias, se quedó en el sitio porque toda su familia se fue y prefirió la soledad que el mundo moderno, solo el sabrá.

Niega que exista el famoso oro así como cualquier aparición atribuida a lo paranormal. “creo que quiere que nos vayamos sin que pensemos que aquí pasa algo ya que podría venir más gente”, señaló Zacarias.
Se une al recorrido de lo que queda del poblado, aparte de su casa y de algunos muros, lo único que no ha consumido la maleza es el pozo en cuyo alrededor se asentó el pueblo, mismo que se encuentra al pie de una enorme ceiba que de acuerdo a lo estimado, lleva en el lugar más de 200 años.

Después de algunas gráficas, es hora de tomar la brecha para salir. A Lo lejos, y en la cima de otro cerró aún se puede ver el letreo del pueblo “San José de las Montañas”.

En el trayecto de regreso, Zacarias habla sobre el porqué San José se convirtió en un pueblo fantasma.

El éxodo de San José
Narró que hace aproximadamente 20 años y de un día para otro, por una rencilla política, la mayoría de las personas que habitaban el lugar decidió dejar el sitio.
Un grupo no quería al delegado porque desde su punto de vista ya había tardado, las autoridades municipales no tenían razón para cambiarlo ya que había trabajado bien, sin embargo, un grupo se había empecinado en cambiarlo así que llego un autobús a la mañana siguiente y abandonaron todo.

“Cómo habían dicho que el que no se fuera no tenía palabra, pues dejaron todo. Después de algún tiempo, se hizo imposible estar en el lugar, ya no había tienda, ni profesores, ningún servicio así que decidí también abandonar el lugar”, mencionó.

Al inquirirle quien había sido ese delegado por el cual un pueblo entero decidió irse, Zacarias Benítez agacha la cabeza, se le entrecorta la voz y acepta “yo era ese delgado”.

Asegura que por 9 años sólo fungió cómo mediador y nuca abuso de la confianza que se le brindó sin embargo y debido a que un grupo quería el poder y llenó de malas ideas a los demás, es cómo San José de las Montañas llego a su fin.

El trayecto termina y nuestro guía se despide amablemente, asegura que existen más sitios fantásticos en José María Morelos que explorar, por lo que otra visitase hace imperativa.

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spiketran@hotmail.com

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