COVID CULTURAL: La verdad, aunque duela
Por Omar Capistrán
Muchas son las enseñanzas que ha dejado la contingencia sanitaria por la que atravesamos, misma que no tiene para cuando ante la gran irresponsabilidad de un porcentaje de la población. El valemadrismo, la falta de criterio, la rapacidad de algunas empresas, la solidaridad de otro porcentaje entre la población entre muchas otras, pero directamente la que hoy nos atañe es el poco o nulo interés por el quehacer cultural que nos rodea.
Podemos apreciar como día a día hay quienes se quejan y “luchan” a través de Facebook o Twitter, pero en el plano real no hacen absolutamente nada por la promoción de la cultura. Basta con que corra el rumor de erradicar algún programa o reducción al presupuesto de cultura para que estos “caudillos" enciendan las alarmas y comiencen su guerra. En muchas ocasiones esta dura un par de días y el tema no se vuelve a tocar.
La contingencia también dejó claro que hay artistas que, de plano, tienen una gran apatía hacia la promoción y difusión en medios y aunque casi se les implore por material de difusión de su propio trabajo, la actitud es la misma: no tengo tiempo o no contesto.
Aunque duela, es un hecho que es mínimo el porcentaje de la población que está interesada en verdad en la cultura, así cómo es mínimo el número de artistas que se preocupa o al menos comparte lo que sus colegas hacen.
Es decir, el músico sólo comparte lo suyo o de sus cuates, pero ni pensar que “se pare" en otros conciertos o que promocione otros eventos. El pintor no acude más que a sus exposiciones, el teatrero no va a otras obras, el escritor ni pensar que se pare en una exposición fotografía, Etc. Etc. Etc.
En un reciente experimento realizado por el que escribe y el poeta y promotor cultural Luis Antonio González, logramos comprobar que no hay un interés, insisto no todos, pero si muchos, por un verdadero desarrollo de las artes. A través de un chat vía WhatsApp, se agregó a posibles interesados en noticias y el quehacer cultural de la ciudad de Chetumal, el Estado y una que otra información nacional e internacional. Se tomó la precaución de no enviar información a deshoras y que esta herramienta fuera únicamente utilizada para recibir noticias de cultura. El resultado: decenas de personas se marcharon.
Así pues, mientras no exista una verdadera comunión entre los artistas, se deje la apatía por promover el trabajo, el Facebook no es todo en la vida; y exista mayor interés por los diversos programas que existen a nivel federal, la cultura seguirá siendo indudablemente relegada.
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Omar Capistrán
E-mail: spiketran@hotmail.com
Twitter: @spiketran
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